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Fornier
Fácil. Rápido
Un taller de chapa y pintura. ¿Sencillamente? Los negocios más pequeños, pueden guardar diferencias que supongan un valor fundamental. Si estas diferencias, son diseñadas, guiadas y representadas como idea de marca, pueden suponer un verdadero cambio para la audiencia de una organización. En Fornier, un servicio que facilita a sus clientes, el paso por esta especialidad de reparación, que suele suponer una dificultad en el día a día de la gente.
Poder extraer relevancia de las ideas, para potenciarlas, supone poder diseñar con un propósito definido. Fornier mantenía un buen desempeño en toda la experiencia de usuario. Pero el inicio y el fin de sus servicios, destacaba con recogidas y entregas que facilitaban y aceleraban el paso, por este servicio pocas veces deseado.
Inspirados por el momento inicial en el que se hacen necesarias estas reparaciones, y por el tono cercano y resolutivo de su equipo, se desarrolló una marca con el propósito de dar importancia al problema del cliente, y la promesa de que su vehículo no debía ser una preocupación. El tono, debía transmitir el saber hacer y la experiencia, despejando las dudas que se pudieran tener acerca de una buena solución final. Fácil rápido y sencillo, son palabras deseables para casi cualquier empresa de servicios. Pero cuando nacen de una actitud propia, y se toman como guía de cada acción, se evitan como pretensión y se interiorizan como forma de ser.
Para hacer tangible la idea de marca, de una empresa de tono directo y cercano, que sostenía la simplicidad y la preocupación por el problema del cliente, se diseñó un set de activos sencillos, que jugara en composiciones originales y con mensajes basados en diálogos comunes del día a día. La preocupación, el bienestar de las personas. No del coche.
Estas composiciones visuales sencillas, transmitían una sensación de impacto, pero con textos accesibles y cercanos. Coloquiales y preocupados al mismo tiempo. Abarcaban muchas posibilidades de combinación y mensajes, que mantenían actualizada la identidad. La mezcla de onomatopeyas, colores, tipografía y fotografías, podían mantener la marca en multitud de formatos y opciones.
Las fotografías jugaban un papel importante en el equilibrio de la sensación. Debía ser cruda y real, para contribuir a la responsabilidad, pero su presentación y elección tenía que ponderarse, para estabilizar situaciones no deseadas. Además, se disminuyó su peso, componiéndola con amplios márgenes, para que fuera un elemento más de la comunicación. La elección de los colores se basó en comunicar facilidad y cercanía mediante una paleta básica y sencilla, casi naif, que restara negatividad a la comunicación, y diera un matiz simpático, potenciado con las onomatopeyas. Con la tipografía se mostró un contrapeso mecánico, para acercar el mensaje a su sector.
En Fornier se diseñó una marca con un propósito definido y una promesa relevante para su audiencia. Se diseñaron sus claves, con un set de activos y un sistema de composiciones, que se posicionaban alejadas de sus competidores y funcionaban de forma diferente y pregnante en su audiencia.
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Trabajo:
Poder extraer relevancia de las ideas, para potenciarlas, supone poder diseñar con un propósito definido. Fornier mantenía un buen desempeño en toda la experiencia de usuario. Pero el inicio y el fin de sus servicios, destacaba con recogidas y entregas que facilitaban y aceleraban el paso, por este servicio pocas veces deseado.
Inspirados por el momento inicial en el que se hacen necesarias estas reparaciones, y por el tono cercano y resolutivo de su equipo, se desarrolló una marca con el propósito de dar importancia al problema del cliente, y la promesa de que su vehículo no debía ser una preocupación. El tono, debía transmitir el saber hacer y la experiencia, despejando las dudas que se pudieran tener acerca de una buena solución final. Fácil rápido y sencillo, son palabras deseables para casi cualquier empresa de servicios. Pero cuando nacen de una actitud propia, y se toman como guía de cada acción, se evitan como pretensión y se interiorizan como forma de ser.
Para hacer tangible la idea de marca, de una empresa de tono directo y cercano, que sostenía la simplicidad y la preocupación por el problema del cliente, se diseñó un set de activos sencillos, que jugara en composiciones originales y con mensajes basados en diálogos comunes del día a día. La preocupación, el bienestar de las personas. No del coche.
Estas composiciones visuales sencillas, transmitían una sensación de impacto, pero con textos accesibles y cercanos. Coloquiales y preocupados al mismo tiempo. Abarcaban muchas posibilidades de combinación y mensajes, que mantenían actualizada la identidad. La mezcla de onomatopeyas, colores, tipografía y fotografías, podían mantener la marca en multitud de formatos y opciones.
Las fotografías jugaban un papel importante en el equilibrio de la sensación. Debía ser cruda y real, para contribuir a la responsabilidad, pero su presentación y elección tenía que ponderarse, para estabilizar situaciones no deseadas. Además, se disminuyó su peso, componiéndola con amplios márgenes, para que fuera un elemento más de la comunicación. La elección de los colores se basó en comunicar facilidad y cercanía mediante una paleta básica y sencilla, casi naif, que restara negatividad a la comunicación, y diera un matiz simpático, potenciado con las onomatopeyas. Con la tipografía se mostró un contrapeso mecánico, para acercar el mensaje a su sector.
En Fornier se diseñó una marca con un propósito definido y una promesa relevante para su audiencia. Se diseñaron sus claves, con un set de activos y un sistema de composiciones, que se posicionaban alejadas de sus competidores y funcionaban de forma diferente y pregnante en su audiencia.
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Trabajo:
- Marca
-
Contenido corporativo
- Diseño corporativo
- Comunicación